no 8 Un día de invierno en Iscala, con tortillas de chorizo de patata, en manjares del vecino.
En aquel invierno, la leña ya estaba agotada, con el cabañal vació, un invierno de los antiguos duro de pelar, le hoy decir a mis padres, el vecino que vivía en frente del trasformador estaba en el mismo problema, la leña llega a su fin, EL tenia información que en el "cubeto" de Iscala los dueños del monte lo habían despoblado de maleza jara y tomillos, mi madre ni corta ni perezosa fue a su casa tenían buen contacto en amistad, la señora era la partera del pueblo, a mi me tiro de los pelos, para venir a este Mundo yo tarde en respirar, me cogió por los pies me puso boca abajo, me dio dos tortas en la espalda y empecé a tragar aire di un silbido, y esa historia la he oído barias veces por eso la recuerdo.
Me acuerdo que nuestro vecino, había comprado unas mulas nuevas pequeñas sin domar y con mucho temperamento, el dudaba en la aventura por las mulas pero la necesidad se izo dueña de la situación, recuerdo de ir nuestro carro delante y nuestro vecino detrás, las mulas se tranquilizaron, pero aveces atravesaban las
patas protestando por la nieve y el hielo.
Llegamos al monte terrible? mi madre congelada nuestra vecina también, el vecino encendió una agüera con jara y tomillos, y resucitamos con la salida del sol
cargamos los carros de prisa, el tiempo es oro, el camino es largo de regreso, cuando pasamos el Cubo del Vino, comimos las tortillas de patata de mi madre, y los dulces de nuestros vecinos, cuando entramos en Santa Clara de Avedillo, se oía la flauta y el tambor del Sr David nuestra vecina tenia mucha gracia al hablar!, dijo de tambor y flautas, mi madre se hecho a reír ha carcajadas, los carnavales están a la vuelta de la esquina, con tomillos y jara, para hacer tortillas.
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