donderdag 9 december 2010

La mata del gocho


Acabamos de colgar el gocho y llega un pequeño descanso, que se aprovecha para comentar las anécdotas de la jornada matinal…, y limpiar las “herramientas”, tienen que estar preparadas para el día siguiente. El que fuma saca su cuarterón y su librito y lía su pitillo. ¡Hay que echarle un poco de humo para que se vaya acostumbrando!.
De pronto se oye la voz del ama de la casa: ¡A comer, la mesa ya está puesta!
-Vamos, vamos, que el que “llega tarde ni oye misa ni come carne”.
La comida consistía en un cocido en el que no podía faltar la sopa, los garbanzos, y las berzas cocinadas por separado, y de ración la/s pata/as, la/s oreja/as y morcillas de la matanza del año anterior. “Para que se conserve bien la de este año”. Si ya se habían matado las cabras y las ovejas si echaba al pote un trozo de carne de ellas. De postre, un cafetín con unas “gotinas”.
Terminada la comida comenzaba el trabajo más duro para las mujeres tenían que ir a lavar las tripas al río, “porque si te intentas apañar en casa, al final echas más tiempo y quedan peor”. En ocasiones tenían que quitar los hielos de las piedras de la orilla. En el pueblo, el sitio más común para lavarlas era junto al “molín” cimero. Ya en casa se les echaba un poco de sal.
Las morcillas, si se podía, se hacían por la tarde-noche. He visto la receta de Angelines y sólo le faltan las “peras morcilleras”. Dicho sin ánimo de crítica, todo lo contrario por que le salen ¡buenísimas!. ollamas30@gmail.com

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