donderdag 20 oktober 2011

Viajaba con un voluminoso saco de chips


El pasado mes volé de Barcelona a Ámsterdam. Me toco sentarme al lado de la ventana, en el medio un joven, en el otro asiento la madre, la madre vestía un shirt de flores, un pantalón corto blanco hasta las rodillas con los bolsos adornados de clavos de color plata de cinco estrellas, unas gafas, en sandalias, el joven yo calculo 11 años vestía un largo jeans, en un T-shirt con un texto, en una gorra-basquetbol, en miraba como si en cada momento se le fuera a caer al suelo.

El joven sujetaba encima de sus piernas un voluminoso saco de chips, cuando habiamos desplegado y desabrochado los cinturones, su madre abrió el saco, le dijo!, ya puedes comer tus chips. El joven comió todas sus patatas fritas, seguido cogió la madre una revista de propaganda de la bolsa del asiento posterior, se la dio a su hijo, mira si encuentras algo que te guste. He! Suerte? Dijo el joven, apuntando al reloj de € 23.50.

Mar de venida de Ámsterdam a Barcelona, no te gustaba, dijo la madre, oh no! dijo el joven. Es raro que ahora te guste.

En esto el avión empezó a vibrar, esto es turbulencia, dijo la madre, la última vez que volamos tu padre y yo del país-X de regreso tuvimos también turbulencia. El joven en esto paso las hojas hasta la página de beber y comer, esto me gusta, dijo el joven, esto está muy rico, la madre se inclinó para adelante y le dijo, tallarines con pollo!, dijo exclamando? He je! nunca has comido tallarines con pollo, no! Nunca! es raro que ahora te gusten, oh no! Dijo el joven, pero a mí me gustan, ya está bien! Ya está bien! Yo creí, que estabas lleno con el saco de chips, no! dijo el joven!, la madre mira alrededor, ya han pasado con el carro de venta, tenías que haberlo dicho antes, que te gustan los tallarines con pollo, oh! Dijo el joven, pasando las siguientes páginas, Mira dijo la madre! apuntando a la pantalla de la televisión el volcán de Tenerife, allí estuve una vez con tu padre.

El joven mira por la ventana, ya estamos llegando. Que poca paciencia tienes, dijo la madre, cuanto lleguemos a casa, te are una vez tallarines con pollo para ti. El joven no dijo nada más. En aterrizamos en Ámsterdam

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